Las principales partes del cerdo que se utilizan para hacer la carne en conserva son el lomo, la longaniza y la costilla, aunque también es muy habitual realizarla con los chorizos. Este método de preservar los alimentos surgió como una forma de conservar la carne del cerdo cuando se efectuaba la matanza. Aunque también se realizan conservas con carne de otro tipo de animales, tanto embutidos como conservas son muy habituales con la carne de caza.
La conserva o adobo es una forma de conservar la carne y los embutidos de la matanza muy popular en toda la provincia de Teruel. A pesar de que existen otras formas de conservar la carne para poder consumirla en un largo periodo de tiempo (embutidos, ahumados, salazones) la conserva que se realiza en Teruel tiene un toque especial. Este toque especial se debe a todo el proceso de elaboración que conlleva la obtención de dicho producto.
La elaboración de la conserva comienza con la salazón de los lomos y costillas. Seguidamente, las piezas, junto con la longaniza, se orean durante al menos una semana. El siguiente paso es cortar las piezas en trozos y freírlas en aceite de oliva. Una vez frías, se envasan en tarros de cristal o cerámica con cierre hermético (las tres variedades por separado o en surtido) y se cubren con aceite de oliva virgen extra.
Los embutidos forman parte de la tradición culinaria española, son derivados, preparados a partir de las carnes autorizadas, picadas o no, sometidas o no a procesos de curación, adicionadas o no de despojos comestibles y grasas de cerdo, productos vegetales, condimentos y especias, e introducidos en tripas naturales o artificiales. Los embutidos de Teruel destacan por su gran sabor y calidad. Salchichón, chorizo, longaniza de Aragón… todos ellos son elaborados siguiendo las recetas tradicionales y respetando toda su esencia.